Sin Bolsas de Plástico
Celebramos este año el Día Internacional Sin Bolsas de Plástico con una buena noticia en nuestro país: desde el 1 de Julio está prohibido que los comercios, de cualquier tipo regale bolsas de plástico.
Las bolsas de plástico son un producto que tarda entre 100 y 500 años en descomponerse, y en ese proceso contamina tierra y mar. Sin embargo la media de tiempo de uso de esas bolsas es de unos 12 minutos, y el 90% de ellas sólo tienen un uso. Absurdo.
El Real Decreto (293/2018 de 18 de mayo) tiene letra pequeña, claro: la prohibición de entregarlas gratuitamente afecta a aquellas que tienen entre 15 y 50 micras (eso supone un 83% de las que se ponen en circulación en España, unas 54.000 toneladas). Las que se suelen usar para productos a granel, que tienen menos de 15 micras se podrán seguir regalando, así como las que tienen más de 50, si contienen más de un 70% de plástico reciclado.
Es cierto que algunas comunidades autónomas y también algunos comercios ya están cobrando las bolsas, pero ahora esa práctica tendrá que extenderse a todo el territorio y a cualquier tipo de comercio. El Gobierno no ha fijado precio, aunque si se sugiere: 15 céntimos por unidad.
Es interesante, por otro lado, la creación de un Registro de Productores, y el consiguiente régimen sancionador. Así como la obligación de etiquetar las bolsas compostables, de manera que sean claramente identificables.
Y seguiremos avanzando en los próximos años. A partir del 1 de enero de 2020 se prohibirán por completo las bolsas “fabricadas con materiales plásticos que incluyen aditivos que catalizan la fragmentación del material”, al ser muy dañinas para el medio ambiente. Y todas las bolsas de más de 50 micras contendrán un 50% de plástico reciclado al mínimo.Y a partir del 1 de enero de 2021 se prohibirán todas las bolsas de hasta 50 micras, y sólo podrán ofrecerse en los comercios las bolsas compostables, que podrán terminar en los contenedores de residuos orgánicos que los Ayuntamientos tendrán que implantar en breve, de manera que dichas bolsas no contaminen el residuo orgánico.
Son buenas noticias, porque la gravedad del problema ya no permite distracciones: nuestros mares, nuestros acuíferos, la tierra que nos sirve los alimentos, las especies que han convertido el plástico en parte de su dieta... están esperando que dejemos de contaminar como si el planeta fuera nuestro particular estercolero.