Encuentro en Bruselas
Cada una de esas caras con rostros que hemos conocido, nos ha revelado cientos de rostros sin caras que día a día sufren del racismo institucional en la Europa de las libertades.
Desde Emaús España, hemos presentado la realidad y crudeza de los asentamientos chabolistas en Huelva, donde el oro rojo empobrece y convierte en víctima, del nuevo esclavismo del siglo XXI, a sus trabajadores migrantes , donde no solo se vulneran derechos laborales, si otros derechos fundamentales como el acceso a la vivienda, el empadronamiento, o el acceso al agua.
Las fronteras se convierten en abismos y estos en tragedias que nos acerca al relato de como se vulneran los derechos humanos dentro de la democracia por excelencia, la Europa de los 27, la Europa que invierte más recursos en blindar sus fronteras, dotando de los medios y leyes más violentas en detrimento de políticas de inclusión que apuesten por la ciudadanía universal y el libre tránsito de las personas que acuden a nuestro territorio buscando una dignidad que les hemos arrebatado.
Europa es muy plural, como los grupos de Emaús, que nos hemos reunido para reflexionar y provocar un canal de escucha en la capital del viejo continente.
No ha sido posible, a pesar de las buenas intenciones de esos europarlamentarios que nos han acogido con los oídos abiertos y el corazón lleno de lucha, europarlamentarios conocedores de primera mano de las realidades de la migración en Europa y a la vez conocedores de las alambradas que la comisión europea pone antes estas políticas.
Racismo institucional es la palabrota que más ha sonado entre los grupos de Emaús, Frontex se le acerca por la derecha y derechos humanos es la expresión que más nos ha acercado a los grupos.
Ha sido un paso más hacia un mundo sin fronteras, donde la ciudadanía universal sea un derecho y la libre circulación de personas el denominador común en esta operación humana.